¿Has cachao que cuando existe tristelity con tantos recuerdos en la cabeza, todas las canciones te llegan? ¡Y lo peor es que son las más mierda!
Que penosidad más grande es sentir eso, como que andai con las cosas tan a flor de piel que te sentí aludido frente a todo; si habla de amor, de desamor, de planetas, de política, de la lluvia (oh sí, la lluvia), de animales, de incongruencias...
Pasa el día, pero la sensación para nada, debe ser la incertidumbre de no tenerle nombre.
Así notas que eso mismo te condiciona (¡con cuática!), caminas de forma distinta, no miras a la gente igual, el cuerpo cambia, los ojos cambian... ¡ojo! menos la pena, esa vaina siempre se queda. Puede que a veces se amague, se olvide, se crea derrotada. Pero siempre vuelve, además, imponente la culiá.
Bueno, la cosa es que más que algo personal, es cosa de principios!
La pateticidad no puede vencer, así como la hombreidad jamás vencerá las virtudes de la feminez, la felicidad es momentánea, todo tiempo pasado fue mejor, etc.
No intento tapar, sólo quiero disimular. A falta de material...
Sí, sí, a leer el capítulo 7 de Cortázar y a recordar ese besito que tanto gusto, a escuchar esas miles de canciones, a cortarse los dedos, a pensar tanto y no llegar a nada, a mantenerse ocupado, a tomarse ese vinito...
Pura gente chora...
Cita de hoy:
"Y bueno, el vino, su poder curador, grandilocuente, que hace sacar fuerzas de donde pareciera no las hay. Quizás eso hizo que los occidentales, hasta el siglo que recién pasó (o tal vez aún) se creyeron con la fuerza suficiente para dominar la naturaleza, la vida, todo en definitiva. ¡Aguante la sangre araucana! Pero qué vá, el vino nos dominará, a todos por igual.
Por eso es mejor cuando se bebe para festejar. No sea cosa que la muerte nos encuentre resecos y con resaca. Del mismo modo parafraseaba un amigo mío, eterno de trincheras y arrabales: si la marihuana te seca el cerebro, remójalo con copete... santo remedio!!" (Hansativo, 2009)
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