Salen solas, salen grandes, con fuerza, abundantes, saladas y lentas. Las dejo caer, algo de lo malo debe salir con ellas.
Ya no duelen tanto, porque son de pena, no de confusión ni incertidumbre; tienen motivo, nombre y apellido.
Hasta me hacen cariño, en la espalda cerca de las costillas, y son mías, sólo mías. Nadie más las ve, nadie más las siente, nadie más las entendería.
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http://www.youtube.com/watch?v=LuIFR4QG3F8
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